Lo primero es velar por la seguridad: detén el vehículo, auxilia a los lesionados y llama a Carabineros (133) y al SAMU (131). Señaliza la vía con triángulos o luces de emergencia para evitar nuevos choques y registra el escenario con fotografías de daños, posición de los vehículos, huellas de frenado y señalización vial. Intercambia nombre, RUT, patente, póliza SOAP y teléfono con los demás conductores; si hay testigos, solicita sus datos. Dentro de las horas siguientes acude a la comisaría a dejar constancia: mostrarás tu SOAP, informarás las placas y pedirás el «Certificado del Accidente», documento esencial para cualquier trámite posterior. Finalmente, contacta a tu aseguradora voluntaria (si la tienes) para cumplir los plazos de aviso, y busca orientación legal. NO ES TU CULPA te explica los pasos y, si lo deseas, te deriva con un abogado de tránsito que pueda asumir tu caso —sin cobros iniciales— a fin de maximizar tu indemnización.

El Seguro Obligatorio de Accidentes Personales (SOAP), exigido por la Ley 18.490, acompaña al permiso de circulación y cubre exclusivamente lesiones o fallecimiento derivados del accidente. Reembolsa gastos médicos (urgencia, hospitalización, cirugías, rehabilitación, medicamentos) y paga indemnizaciones de hasta 300 UF por muerte o invalidez total; las coberturas parciales varían según la lesión. Incluye al conductor, pasajeros y terceros atropellados, sin distinción de culpa. No cubre daños al automóvil ni perjuicios morales, por lo que esos ítems requieren el seguro voluntario del culpable o una demanda civil. Para activar el SOAP debes avisar a la compañía en 30 días y completar la documentación dentro del año siguiente (o desde el alta médica en caso de invalidez). Si desconoces formularios o necesitas reclamar un monto superior, NO ES TU CULPA revisa tu situación y te conecta con profesionales que gestionen el cobro completo.

La ausencia de cobertura voluntaria complica la reparación material, pero no te deja desprotegido. El SOAP —generalmente el tuyo— paga las atenciones médicas de todos los lesionados. Para el resto de tus daños (arreglo del vehículo, lucro cesante, daño moral) se exige el pago directo del responsable. Si este no accede, la legislación chilena permite demandar civilmente: un juez puede ordenar embargar su automóvil o bienes para
garantizar la indemnización. En paralelo, tu propia aseguradora —si contrataste daños propios— podría cubrir la pérdida y después ejercer el «derecho de repetición» contra el culpable. NO ES TU CULPA recopila la evidencia y te deriva a un abogado especialista en responsabilidad civil que podría negociar un acuerdo o demandar en tribunales, según lo que convenga a tus intereses.

Para la indemnización civil de perjuicios rige un plazo de cuatro años desde la fecha del accidente; pasado ese plazo, el derecho prescribe. Sin embargo, los trámites de seguro son más breves: el SOAP exige aviso dentro de 30 días y formalizar la solicitud en un año, contando desde el accidente o desde el certificado de alta en caso de invalidez (este certificado no puede emitirse más allá de dos años). Las pólizas voluntarias suelen requerir aviso en 3–10 días y se resuelven en semanas. Actuar temprano es vital: las pruebas están frescas, los testigos disponibles y se evitan objeciones de la aseguradora. Si no tienes claro tu calendario legal, NO ES TU CULPA analiza tu expediente y te señala los plazos exactos para que no pierdas tus derechos.

La ley permite que tramites por tu cuenta, pero la práctica demuestra que contar con un abogado especializado acelera los pagos y aumenta la compensación: conoce la documentación precisa, valora el daño moral y futuro, y rebatir objeciones típicas de las aseguradoras. NO ES TU CULPA ofrece una evaluación gratuita y, si lo decides, te deriva a un abogado de confianza; tú eliges si aceptas la modalidad de pago y la estrategia propuesta.

La vía extrajudicial domina el 80% de los casos, pues reduce costos y permite cobrar antes. Un acuerdo es aconsejable cuando cubre íntegramente gastos médicos, daños, lucro cesante y daño moral. Si la aseguradora niega responsabilidad u ofrece una suma irrisoria, el litigio se convierte en tu mejor opción. Un juicio puede tardar meses o años, pero con pruebas sólidas suele cerrar con altas indemnizaciones. Los abogados especializados a los que te deriva NO ES TU CULPA pueden reducir significativamente los tiempos de indemnización: conocen las rutas rápidas de conciliación, manejan peritajes y programan audiencias con mayor eficiencia. Nuestro equipo compara contigo ambos escenarios, y el abogado negociará primero; sólo litiga si es necesario y siempre buscando tu mayor beneficio.

Con pruebas claras y buena disposición de la aseguradora, el pago de un acuerdo puede llegar en 4–12 semanas; el SOAP debe cancelarse en máximo 10 días hábiles tras presentar la carpeta completa. En cambio, un juicio civil varía según la complejidad: asuntos simples pueden culminar en 6–8 meses, mientras que casos con lesiones graves, múltiples partes o apelaciones llegan fácilmente a uno o dos años. Durante todo el trayecto, un abogado diligente solicita peritajes y presiona a la compañía. En conclusión, NO ES TU CULPA realiza el seguimiento de tu caso y te enlaza con un abogado que impulse tu demanda para evitar demoras injustificadas y obtener el máximo de indemnización.

Cumplimos con la Ley 19.628.